27/10/11

DIA DE MUERTOS

LEYENDAS MEXICANAS QUE NOS HACEN TEMBLAR


Cuando era niña, mis vacaciones de verano en su mayoría siempre tenían un destino: la provincia. Convivir con la naturaleza es maravilloso; sin embargo, a la hora de llegar la noche no era tan lindo, ya que en la casa de mi abuela se acostumbraba dormir a las 8:00 de la noche después de tomar el tradicional té de limón.

Las calles siempre eran oscuras y siempre se escuchaba el aullido de los perros o de los gatos. Había días que tanto mis primos, mis tíos y yo retábamos la autoridad de nuestra abuela -y madre- y nos quedábamos haciendo sobremesa después de la merienda...

Y casi siempre el ambiente se tornaba tétrico cuando mis tíos iniciaban a contar las historias que nos gustaba escuchar, pero a la vez nos ponían a temblar y a la hora de dormir nos hacían hasta sudar.

Nos contaban anécdotas propias o ajenas -quizá reales, quizá falsas- con iconos de las leyendas mexicanas: desde la famosa "llorona", "el charro negro", "los duendes", los "nahuales" y más.... mucho más. Había noches que decíamos, "ya no queremos escuchar nada tío, mejor vamos a dormir".

Después de muchos años, me pregunto ¿creer o no creer en fantasmas? El historiador, Hector López, en su libro "Leyendas de fantasmas de México" quizá me da la respuesta al afirmar que pese a que la ciencia ha avanzado a grados insospechados, aún no es posible comprobar o negar totalmente la existencia de fenómenos sobrenaturales.

En su obra, el investigador de la UNAM relata las leyendas que escuché hace muchos años y que aún están grabadas en mi mente y me provocan miedo... Nos dice que a altas horas, en las carreteras se te pueden aparecer una mujer en caballo o un hombre "el famoso charro negro" y hasta niños jugando a las orillas de éstas.

La mujer de la carretera


Foto: iStockphoto
"En una ocasión dos hombres caminaban sobre una vereda y sucedió algo inexplicable. Su amena charla fue interrumpida súbitamente por la sobrenatural aparición de una mujer vestida de negro, quien montaba en caballo y lucía un vestido de encaje que mostraba una figura atractiva, pero el rostro no se le veía".

"Uno de ellos no lo pensó y se fue con ella... Al subirse al caballo la mujer levantó la cara y era una calavera. El caballo arrancó y sólo se escucharon los gritos de aquel infeliz que había obsequiado su alma".

"El Charro Negro"Según testimonios recopilados por el historiador mexicano, este "ser" es un hombre alto y robusto que monta un caballo negro, brillante y con ojos espeluznantes y diabólicos; se aparece en diversas entidades: Puebla, Estado de México, Chiapas, Baja California, entre otros .

"Las víctimas", en general, quedan paralizados al verlo y el Charro negro casi siempre les ofrece dinero... ¿a cambio de... su alma?


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