27/10/11

El verdadero nombre de 'La Catrina'


De acuerdo con el libro Posada, del investigador Agustín Sánchez González, las garbanceras eran aquellas indígenas que comían garbanzos y que menospreciaban su clase social, queriendo ser como sus patronas españolas. En ese grabado, como en la mayoría que elaboró, José Guadalupe Posada hacía una crítica social hacia esos que denostaban su mexicanidad.

Aunque su grabados se asocian mucho con el Día de Muertos, sus calaveras se refieren a muchas situaciones sociales de finales del siglo XIX y principios del XX, bajo un tono satírico del que no se salvaron ni Porfirio Díaz ni Emiliano Zapata.
Pero, ¿cómo llegó a llamarse Catrina? El responsible de esto fue nada más y nada menos que el famoso pintor Diego Rivera, quien la bautizó así luego de inmortalizarla en su famoso mural ‘Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central’ donde aparece como una figura central, incluso por delante de Frida Kahlo.

Foto: Cuartoscuro

De hecho, fue el mismo Rivera el que literalmente vistió a ‘La Catrina’, pues Posada sólo dibujó la cabeza y el busto. Gracias a la influencia del pintor en lo que se refería a cultura mexicana, la calavera se hizo famosa, trascendiendo hasta nuestros días para recordarnos que:
“La muerte, es democrática, ya que fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera”. - José Guadalupe Posada

DIA DE MUERTOS

LEYENDAS MEXICANAS QUE NOS HACEN TEMBLAR


Cuando era niña, mis vacaciones de verano en su mayoría siempre tenían un destino: la provincia. Convivir con la naturaleza es maravilloso; sin embargo, a la hora de llegar la noche no era tan lindo, ya que en la casa de mi abuela se acostumbraba dormir a las 8:00 de la noche después de tomar el tradicional té de limón.

Las calles siempre eran oscuras y siempre se escuchaba el aullido de los perros o de los gatos. Había días que tanto mis primos, mis tíos y yo retábamos la autoridad de nuestra abuela -y madre- y nos quedábamos haciendo sobremesa después de la merienda...

Y casi siempre el ambiente se tornaba tétrico cuando mis tíos iniciaban a contar las historias que nos gustaba escuchar, pero a la vez nos ponían a temblar y a la hora de dormir nos hacían hasta sudar.

Nos contaban anécdotas propias o ajenas -quizá reales, quizá falsas- con iconos de las leyendas mexicanas: desde la famosa "llorona", "el charro negro", "los duendes", los "nahuales" y más.... mucho más. Había noches que decíamos, "ya no queremos escuchar nada tío, mejor vamos a dormir".

Después de muchos años, me pregunto ¿creer o no creer en fantasmas? El historiador, Hector López, en su libro "Leyendas de fantasmas de México" quizá me da la respuesta al afirmar que pese a que la ciencia ha avanzado a grados insospechados, aún no es posible comprobar o negar totalmente la existencia de fenómenos sobrenaturales.

En su obra, el investigador de la UNAM relata las leyendas que escuché hace muchos años y que aún están grabadas en mi mente y me provocan miedo... Nos dice que a altas horas, en las carreteras se te pueden aparecer una mujer en caballo o un hombre "el famoso charro negro" y hasta niños jugando a las orillas de éstas.

La mujer de la carretera


Foto: iStockphoto
"En una ocasión dos hombres caminaban sobre una vereda y sucedió algo inexplicable. Su amena charla fue interrumpida súbitamente por la sobrenatural aparición de una mujer vestida de negro, quien montaba en caballo y lucía un vestido de encaje que mostraba una figura atractiva, pero el rostro no se le veía".

"Uno de ellos no lo pensó y se fue con ella... Al subirse al caballo la mujer levantó la cara y era una calavera. El caballo arrancó y sólo se escucharon los gritos de aquel infeliz que había obsequiado su alma".

"El Charro Negro"Según testimonios recopilados por el historiador mexicano, este "ser" es un hombre alto y robusto que monta un caballo negro, brillante y con ojos espeluznantes y diabólicos; se aparece en diversas entidades: Puebla, Estado de México, Chiapas, Baja California, entre otros .

"Las víctimas", en general, quedan paralizados al verlo y el Charro negro casi siempre les ofrece dinero... ¿a cambio de... su alma?